El problema de adueñarse de la historia
Sólo un par de horas me llevó analizar ROMPAN TODO, un documental hecho por Netflix que cuenta la historia del rock en América Latina, como uno de los peores relatos que se hicieron para contar lo que sucedió en los últimos 60 años.
Músicos con cara de serios y aburridos, contextualizados en las cosas que sucedieron en la región, mintiéndole a los chicos, haciéndose los comprometidos con la época política y totalmente ideologizados. Me pregunto qué necesidad tenían de hacerlo. Por qué la historia se está leyendo desde hace tiempo con los lentes de la política neoprogresista? Por qué esa cola de paja de no querer quedar afuera de la mirada socialista?
Viví toda esa época, hasta paré en el Café Einstein. Chicos, los músicos sólo querían fumar, tomar la que tomaba Diego, tener groupies y llenar River. Y estaba bien. Perfecto. El rock siempre fue un reducto para que los antisistema, tanto desposeídos como intelectuales, pudieran tener un sitio donde poder gritar su descontento y liberarse. Nada más. Y estaba bien. Perfecto.
Y me encuentro con este documental que le dedica un 40% de su tiempo a Galtieri, Pinochet, Salinas de Gortari, Menem, Allende, Chiapas, los saqueos, la corrupción en el terremoto de México del 85 y la guerrilla de Colombia y el helicóptero de De la Rúa. Hasta ahí todo bien, pero por qué no nombran también a los Kirchner que dejaron este país con 40% de pobreza, con una sociedad deprimida y sin ganas de salir adelante, acostumbrándose al IFE, al ATP y a la AUH?
No lo hacen porque estos músicos que figuran en el documental, mataron al rock.
Eso en mi barrio se llama complejo.
Yendo a lo musical, se olvidaron por ejemplo del heavy metal, verdadero refugio del aguante (supongo que Ricardo Iorio es politicamente incorrecto, por eso ni lo nombraron), Ratones Paranoicos, La Renga, la movida blusera, la movida ricotera, Sepultura, Pappo. Eso sí, salieron hablando Mana, Julieta Venegas, Aterciopelados y hasta nombraron a Shakira!
La única persona que rescato de todo el documental es Pil Trafa, un milagro que estuviera ahí. Y un poco a Calamaro y Charly García, que por lo menos hablaron de música y no de política, algo que jamás les interesó.
Los datos me acompañan. Cuando el rock quiso acompañar a la política, se murió. La formula es sencilla. Estado presente = Rock ausente.
El interés de escribir estas líneas se enfoca en que tenemos que parar con esta metodología fascista - peronista - filokirchnerista de apropiarse de la historia. La habilidad que tienen de tergiversar todos los hechos para insertar la epopeya peronista por momentos es asombrosa. Siempre terminan siendo los héroes defendiendo la gesta nacional y popular. Y no es así. Espero haber ayudado al menos con la historia del rock en Argentina.
por Fabián Cruz.
Muy bien. Y cómo habrán llegado a influir en la producción de Netflix los kirchneristas? O es un mal de época que atraviesa todo lo latinoamericano.
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